Rubén Feijoo: aniversario con su mano biónica y más cerca de su sueño de ser piloto
Se acaba de cumplir un año desde que Rubén Feijoo, un joven de 16 años de Orense, dispone de su prótesis de mano mioeléctrica i-Digits™ Quantum de Össur que le fabricamos en PRIM Establecimientos Ortopédicos. Una mano biónica que le ha permitido hacer lo que más le gusta en el mundo: pilotar aviones, de momento, en su simulador. Tras estos primeros doce meses de uso de su prótesis hemos querido charlar con él y con el técnico ortoprotésico de PRIM que configuró su mano.
Un caso con pocas opciones
Rubén tiene una discapacidad física congénita debida a una amputación parcial de la mano, en la que le faltan cuatro dedos y cuenta con parte del dedo pulgar. Antes de tener su mano biónica, nunca antes había llevado una prótesis. Tal y como el propio Rubén nos cuenta “hace años las únicas opciones que había eran prótesis estéticas o biónicas muy básicas. Además, el encaje de todas ellas me habría bloqueado la muñeca, por lo que habría perdido mucha funcionalidad. Por eso, mis padres y yo decidimos esperar unos cuantos años a que avanzara la tecnología”.
Tony Chans, el técnico de PRIM Establecimientos Ortopédicos de Coruña, que fue el encargado de fabricar y configurar la prótesis de Rubén, también confirma las dificultades que había inicialmente para protetizar al joven orensano. “En el mercado no hay demasiadas opciones de prótesis para niños y, menos, para los dedos. Cuando Rubén llegó a nuestra clínica el año pasado jugábamos con la ventaja de su madurez física, además de mental. Con 15 años Rubén medía ya 1,90 y su mano estaba suficientemente formada y sufriría pocos cambios ya en cuanto a crecimiento. Confirmamos que para su caso la mano mioeléctrica i-Digits™ Quantum de Össur era la única opción con suficiente garantía”.
Una experiencia única para paciente y técnico
La de Rubén es la segunda prótesis i-Digits™ Quantum que se fabricaba en España (la primera fue en una de nuestras clínicas de Madrid). Así que el proceso de protetización supuso una experiencia única tanto para Rubén como para Tony, nuestro técnico experto en prótesis de miembro superior de la clínica de La Coruña.
En el caso de Rubén, nos cuenta Tony, “lo primero que tuvimos que hacer fue encontrar las señales musculares en su mano para realizar los movimientos que ofrece la mano biónica. Esto no es tan sencillo, puesto que habitualmente las amputaciones son a otros niveles del miembro superior, pero con la predisposición de Rubén y la ayuda de los electrodos, el Bluetooth y del ordenador, lo conseguimos perfectamente”.
Realizar el encaje de la prótesis fue la parte “fácil” de todo el proceso, para pasar a la última más complicada: el diseño y montaje. “Fue más difícil por lo novedoso de montar una prótesis de estas características. Es un trabajo muy laborioso y que no sale a la primera, pero me divertí mucho montando la mano biónica, encerrado en el taller durante días, montando los cinco dedos, sus respectivos soportes y cableados, la conexión con la muñequera de la batería, etcétera”, recuerda Tony Chans, técnico ortoprotésico de PRIM Establecimientos Ortopédicos.
Todo el proceso de protetización duró en torno a unos 3-4 meses desde que se confirmó que la mano biónica i-Digits™ Quantum era la opción para Rubén. De todo el proceso él recuerda claramente que, aunque iba perfectamente informado sobre la mano y lo que podía hacer con ella, “la primera vez que la probé fue flipante ser yo el que la estaba usando”. Después vinieron las pruebas de ajuste de encaje y de funcionamiento de la prótesis, hasta que ya la tuvo en su poder.
Una mano biónica que permite mover los dedos independientemente
Una de las características más destacadas de la prótesis que lleva Rubén es cómo permite que los dedos se muevan de forma independiente, gracias al motor con que cuenta cada dedo. Gracias a ello, la mano biónica dispone de hasta 32 agarres automatizados (20 preconfigurados y 12 autoprogramables).
“De momento no he usado los agarres adicionales. De los preconfigurados los que más uso en mi día a día son el agarre ‘pinza-gira’ con el que el pulgar se cierra y se queda en una posición fija y solo se mueve el índice, un agarre súper útil para coger cualquier cosa con precisión. También uso mucho el agarre en el que se cierran todos los dedos menos el pulgar, que es el único que permanece activo, haciendo como un agarre lateral. La pinza de tres dígitos, para coger cosas más grandes y también el modo en el que están todos los dedos activos es súper útil”, explica Rubén.
Además, los dedos soportan hasta 5 kilos de peso (20 kg en la palma) y son sensitivos, para utilizar pantallas táctiles. La mano i-Digits™ Quantum permite el movimiento libre de la muñeca, algo que para Rubén era muy importante. El control de los movimientos se puede hacer a nivel muscular, con giroscopio o vía App (con el iPod que incluye la propia prótesis).
De la pasión por los aviones a la mano biónica
Rubén descubrió la prótesis de Össur que ahora lleva gracias a su interés por la tecnología y la aviación. Le encantaría estudiar ingeniería aeronáutica y, además, sacarse el título de piloto. Por eso, una vez que consiguió su mano biónica comenzó a montar y usar un simulador de aviones y espera que todas sus horas “de vuelo” con la prótesis le ayuden en un futuro a aprobar la prueba práctica necesaria para obtener el título.
Cuando le preguntamos qué balance hace de este año usando su mano mioeléctrica biónica, no se lo piensa: “Estoy muy contento con el funcionamiento de la prótesis. Es incluso más de lo que me esperaba”.