Saber qué opción es más adecuada y usar correctamente muletas y bastones ortopédicos es importante para que ambos tipos de ayudas técnicas a la deambulación sean realmente funcionales para la persona que debe usarlos.
En PRIM Establecimientos Ortopédicos ofrecemos un servicio de asesoramiento personalizado para proporcionar a los pacientes la información que necesitan a la hora de adquirir la muleta o el bastón que mejor se adapte a su edad, su lesión, su estado físico y su movilidad.
Como es lógico, el primer paso es definir cuándo está indicado el uso de una o dos muletas y cuándo, por el contrario, la elección óptima es un bastón.
¿Cuándo elegir un bastón?
En general, los bastones ortopédicos son adecuados para las personas mayores con debilidad en las extremidades inferiores o pérdida de equilibrio relacionada con la edad, que necesitan un apoyo cotidiano que preserve su seguridad y contribuya a mantener su independencia.
Los bastones también resultan de gran utilidad para personas que viven con una discapacidad motora, como la cojera, o alguna enfermedad crónica de tipo degenerativo, como la artrosis de rodilla, con afectación de leve a moderada de la marcha. Para este colectivo, el bastón proporciona seguridad y aligera la carga de la articulación o articulaciones vulnerables.
¿Cuándo elegir una o dos muletas?
Las muletas son las ayudas técnicas adecuadas para caminar cuando existe una lesión aguda en una o ambas piernas a cualquier edad. La necesidad de utilizar una o dos depende de la condición física de cada persona y de las características y la gravedad de la lesión.
Al ofrecer mayor sujeción y sustituir un mayor porcentaje de carga, pueden ser mejor opción que el bastón en personas con una pérdida de equilibrio moderada o una debilidad muscular algo más acusada.
Sin embargo, es preciso tener en cuenta que cuando se emplean como ayuda técnica en lesiones exigen cierta fuerza y también resistencia muscular en el tronco y las extremidades superiores, por lo que no suelen ser aptas para las personas mayores, las personas con discapacidad neuromotora o los procesos degenerativos que cursen con debilidad muscular generalizada.
La fuerza y la resistencia musculares son particularmente determinantes cuando dos muletas deben suplir por completo, o casi por completo, la función de ambas piernas, ya que todo el peso de la marcha recae en el tronco y los brazos.
También es imprescindible gozar de una buena condición física para utilizar una sola muleta cuando una de las piernas está inmovilizada o las características de la lesión desaconsejan cualquier tipo de carga sobre la extremidad dañada.
Por último, el uso de dos muletas también puede estar aconsejado cuando el objetivo es normalizar la marcha, aligerando la carga de ambas extremidades. En este caso, cada muleta se moverá al unísono con su correspondiente pierna.
¿Cómo se deben usar muletas y bastones?
Las muletas y bastones ortopédicos comparten una regla fundamental: el mango o asidero debe estar situado a la altura de la base, o trocánter mayor del fémur, para que la persona usuaria pueda caminar recta.
Además, el soporte del antebrazo debe estar situado dos o tres centímetros por debajo del codo. Tanto este requisito como el anterior reducen el roce y evitan la sobrecarga en brazos y tronco, así como la adopción de malas posturas que puedan dañar otros grupos musculares.
Desde PRIM Establecimientos Ortopédicos ofrecemos a nuestros pacientes bastones que permiten ajustar la altura y muletas con las que es posible regular tanto la altura entre el suelo y el asidero como la distancia entre el asidero y el soporte del antebrazo. Asimismo, proporcionamos la formación y el acompañamiento necesarios para que aprendan a usar tanto bastones como muletas correctamente. Al tratarse de elementos extraños, existe un proceso de adaptación y el asesoramiento profesional garantiza que se realice de forma correcta, evitando errores posturales que derivarían en efectos no deseados en la salud y la calidad de vida de cada paciente.
Los bastones ortopédicos y las muletas también comparten otra gran regla: salvo prescripción médica, se deben utilizar en el lado contrario al miembro inferior vulnerable o lesionado para equilibrar la carga muscular y favorecer una marcha más natural.
Las personas mayores con debilidad muscular leve o ligera pérdida de equilibrio y sin lesiones pueden optar por usar el bastón en el brazo que les resulte más cómodo a la hora de caminar, que habitualmente es el dominante, que suele tener más fuerza y destreza.
Por último, en PRIM Establecimientos Ortopédicos disponemos de muletas y bastones adaptados al tamaño y las necesidades específicas de la infancia y la primera adolescencia. Además de tener un diseño más alegre y colorido, algunas de estas ayudas técnicas disponen de prestaciones añadidas como el brazalete de antebrazo casi cerrado, que facilita el manejo a los más pequeños y les aporta una mayor estabilidad.
Un plus: el papel de las conteras en la estabilidad
Tanto en mayores como en pequeños, la estabilidad de bastones y muletas se puede personalizar a través de la elección de distintos tipos de conteras.
Disponemos de un modelo big-foot para bastones, fabricadas en material antideslizante y de máxima durabilidad, que las hace idóneas para usos prolongados y para aumentar el agarre a todo tipo de superficies, tanto interiores como exteriores, y en condiciones meteorológicas como la lluvia.
Además, contamos con una amplia gama de conteras, elaboradas en distintos materiales y con tamaños y funciones diferentes, que permiten al paciente personalizar al máximo tanto bastones como muletas para lograr la máxima comodidad y, si es preciso, ampliar la superficie de apoyo para conseguir una estabilidad mejorada que aumente la seguridad.